-¿Qué aspectos están implicados en el acto de amamantar?
-Creo que hay una conexión directa entre la cabeza y la teta. Es imposible amamantar sin implicarse desde lo psíquico, desde lo emocional y desde lo físico, me parece que abarca todos los campos. A las mujeres se nos juega por un lado la sexualidad, por otro lado el haber sido amamantadas o no, el cuánto esperan de nosotras, el cuánto mi cuerpo es capaz de entregarse. Las mujeres que yo estoy atendiendo en este momento son aquellas que de chiquitas jugaron con Barbies y desde el juego no hubo ni siquiera una conformación de lo que es sostener un bebe a upa, con lo cual es difícil separar una cuestión de la otra, más allá de las historias personales de cada una. Esto es general, a cualquier mujer que se enfrenta a la lactancia se le ponen en juego estas cosas. El tema es cuánto nos hacemos cargo. Me parece que se trata de que la teta no es solo una teta, se trata de todo lo psi que hay detrás de la teta.
-¿Por qué en algunos casos el puerperio hay momentos de mayor angustia?
-Me parece que se instaló el término de depresión pos parto y por ende todas las mujeres puérperas están deprimidas. No lo creo así. Lo que le pasa a las mujeres puérperas es que están muy conectadas con sus bebés y están en un estado de labilidad tal cual lo está un recién nacido y la única manera que tienen de entender a su bebé es estando en el mismo estado. A todo nivel, el mismo estado de sensibilidad, física, corporal y emocional. La única manera que tenemos las mujeres de descifrar lo que le pasa a un recién nacido que no habla y que expresa prácticamente todas sus necesidades de la misma manera es entrar en el mundo del recién nacido. Por otra parte, claramente tiene que ver con todo lo que se nos expone a partir del nacimiento de un hijo. En el parto aparece mi madre, mi ser madre, la madre que los demás esperan de mí, todas estas cosas que hacen que inevitablemente uno esté en un estado de emoción permanente a flor de piel y no necesariamente tiene que ver con la depresión. Vivimos en un mundo exigente y en una sociedad donde la mujer tiene que estar fantástica desde el primer día después de parir y nos obligan todo el tiempo a salir de ese lugar oscuro de nuestra propia sombra que se aparece frente a uno. Ahí es cuando las mujeres entran en una crisis entre lo que naturalmente, primitiva e instintivamente tienen necesidad de hacer y lo que el mundo alrededor espera de ella. Eso es lo conflictivo y posiblemente ahí es donde entren en un estado depresivo producto de esta tirantez. Creo que quienes tienen un componente depresivo el puerperio es un estado ideal para caer en ese estado. Una persona que no tiene un componente depresivo previo no es que tenga que deprimirse, eso es una simplificación para no hacernos cargo justamente de lo que significa el puerperio.
-¿Y qué significa el puerperio?
-Es meterse en la propia sombra, es hurguetear en esos lugares desconocidos. Un hijo te obliga a encontrarte con vos misma, y uno puede elegir meterse y salir de ahí desde un lugar más maduro y entender las cosas desde otro lado. Tener un hijo, desde esa perspectiva, es un antes y un después. El puerperio es animarse a verse, a encontrarse con esa niña, con esa madre, con mi propio nacimiento. El llanto del bebe es nuestro propio llanto, es una exposición muy fuerte y significa poder correrse de todos los lugares comunes que uno fue ocupando durante el embarazo y va a volver a ocupar una vez que salga del puerperio. Correrse del lugar de la esposa amorosa, de la amiga dispuesta, de la hija contenedora, de la ejecutiva, da mucho miedo, porque es para entrar en un lugar tan primitivo, tan animal que nos da mucho miedo. Esto encierra el puerperio; si las mujeres nos animáramos a ser mucho más animales, con nuestras crías nos iría muchísimo mejor. Pero naturalmente tapamos los instintos, ponemos la cabeza, intentamos racionalizar las cosas que suceden y esto genera un conflicto muy fuerte porque estamos frente a una cría, un cachorro y somos una hembra mamífera que acaba de parir un cachorro, no mucho más que eso. Si podríamos enfocarnos desde ahí, y si la sociedad podría sostenernos a las mujeres cuando parimos entendiendo esto, estaríamos parados en otro lado.
-¿Qué puede decirnos de la fusión emocional-corporal?
-Si vamos a lo instintivo, basta con observar lo que hace un animal con sus crías. Nosotros los humanos nos desprendemos muy rápidamente del bebé, los entregamos muy fácilmente a una nursery para poder recibir a las visitas. Ponemos muy poco el cuerpo, porque queremos recuperarlo pronto para nosotras mismas. Y no es así: el cuerpo del bebé es un pedazo de nuestro cuerpo hasta por lo menos que tenga 9 meses y se pueda desplazar en busca de un objeto deseado lejos de nosotros. Mientras tanto, es un pedazo de nuestro cuerpo. La fusión emocional mamá-bebé queda instalada desde el momento de la concepción y recién hasta los 2 años, hasta que el nene pueda decir su nombre y el nombre de su mamá. Hasta que pueda nombrar y nombrarse, esa fusión existe. Por eso sostengo que el puerperio dura hasta los 2 años de vida del chico. El problema es querer romperla rápidamente y no poder sostenerla el tiempo que el bebé la necesita. Si pudiéramos hacerlo, serían adultos más seguros e independientes.
-¿Quiénes son sus referentes teóricos para estos temas?
-La línea de Françoise Dolto es mi guía. También voy tomando textos de distintos autores, como Alice Miller, Winnicott, Spitz, Terry Brazelton y el pediatra Carlos González. Pero mis referentes más importantes son mis pacientes. Tengo una práctica cotidiana muy fluida y poder observar me da la línea. Los bebes dan señales de lo que les pasa, solo basta con detenerse y observarlos sin juzgar. No son lo mismo los bebés de ahora que los de hace 10 o 20 años atrás, la evolución de la especie continua.
-¿Qué cambios nota?
-Los bebés de hace 10 años adquirían ciertas destrezas físicas a una determinada edad y ahora ocurre muchísimo antes. Así como el mundo evolucionó y avanzó, se nota en los bebés también. Es impresionante. También noto una clara búsqueda de la presencia del adulto, mucho más temprana que antes. Los niños buscan el sostén del adulto a través del límite. En este sentido, ahora los chicos desafían los límites desde muy temprana edad y esto tiene que ver con los adultos que los evaden. Y el chico le intenta decir que se quede, que le demuestre que está y marque los lugares.
Laura Krochik, especialista en lactancia y en crianza, con formación en Ciencias de la Educación de la U.B.A. instructora en psicoprofilaxis obstétrica y puericultora. Presidenta de la Asociación Civil Argentina de Puericultura
La Asociación Argentina de Puericultura es una entidad sin fines de lucro destinada a realizar una obra de interés general con el propósito de promover, facilitar, favorecer, apoyar y proteger el embarazo, el nacimiento, la lactancia y la crianza, así como la realización de acciones tendientes a la capacitación, información, difusión e investigación acerca de estas temáticas en el ámbito de la República Argentina.