“La verdad solo puede decirse a medias”
Jacques Lacan
“A fin de cuentas, todo es un chiste”
Charles Chaplin
Recientemente me realizan muy seguido la pregunta: ¿Cómo es que se te ocurre eso que comediante y psicoanalista? Mis primeras respuestas son, simple y sencillamente: ¡Por puro placer! ¿Y por qué no?
No se me ocurrió a mi, sino a Freud (“El Chiste y su relación con lo Inconsciente, 1905) e incluso ni a él, sino a si amigo y confidente, Wilhelm Fliess, quien no estaba precisamente “papando moscas” y no se le escaba ni una, notó que en los sueños de algunos pacientes de Freud, que éste le enviaba por cartas, había muchas anécdotas chistosas.
No voy a citar ampliamente los trabajos de cientos de pensadores, escritores, cómicos, artistas y humoristas que nos han precedido en el abordaje de tan serio asunto, como es el humor, como otros que han articulado el psicoanálisis al humor, a quien le interese “Azul celeste, que le cueste” ahí están algunos: Aristóteles, Platón, Cristo, Job, San Pablo, Kant, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Nietzsche, Bergson, Freud, Reik, Lacan, Pirandello, André Breton, Calvino, Jodorowsky, Rius, Los hermanos Marx, Adam Sandler, Lewis Black, El fisgón, Mi aguela de Monterrey, Chaplin, Posadas, Woody Allen, Zizek, Quino, Fontanarrosa, Les Luthiers, Borat, Liliana Felipe, Virulo, TIn Tan, Clavillazo, El filósofo de Güemez, Polo Polo, Brozo, Platanito, Derbez, Camilo Ramírez, Calderón, Gis, Trino) sino adentrarme en sus relaciones, laberintos y vericuetos: ¿Qué es eso compartido por el humor, la comedia y el psicoanálisis?
Comedia y Psicoanálisis: malabares con las palabras y sus efectos.
El humor, la comedia, es un tono, una forma de juzgar la realidad, “jovialidad, gracias, agudeza, una facultad para describir lo que es cómico o gracioso”( Diccionario de la real academia de la lengua española o lo que es lo mismo “El mata burros”) son formas de advertir de manera breve algo que es “la materia prima del psicoanálisis”, expresión de lo Inconsciente: una falla, un desliz, uno, dos, tres, cuatro, cinco, sentidos …algo que irrumpe y trastoca un orden, como el cuerpo de la histeria o los sueños, esos que dice Freud que es como si el soñante soñara en otra lengua; las ocurrencias pesadas que se le imponen al obsesivo/a, o los alucines en la psicosis…eso que falla, crea problemas, no solo por su carácter oculto o desconocido, vulgar, moralmente inadmisible, sino por su imposibilidad de ser dicho o explicado con toda sus implicaciones, solo por sugerencia o alusión; por eso Freud remitía a los poetas, cuando le preguntaban del amor…Eso y muchas cosas más…son fuentes comunes tanto al psicoanálisis como a la comedia.
Dibujar lo irrepresentable: decir, haciendo; haciendo, diciendo.
Pues si todo síntoma, como todo sueño, posee, según Freud, -¡Qué chistoso!- un ombligo, un núcleo indescifrable o in-lavable, para algunos, no es solo por ser una protuberancia que se lleva metida pa´dentro o sacada pa´fuera, o como una Roca -¡La roca de la castración!, ¡Eh profe Freud, no sea piedra, háblese claro!, “Tan claro como el café” sino por algo vacío y traumático, pero al mismo tiempo deseante, que dota el empuje y la creatividad. Por eso no paramos de hablar, llorar, reír, festejar, amar-odiar, trabajar, construir y destruir… ¡¿Qué es lo que haríamos en vez de eso?!...Efectos que recogen los chistes en su función no solo de aludir, nombrar lo innombrable de lo intrincado de los laberintos, nudos y redes del amor-odio, la sexualidad, de las pasiones humanas en la vida de todos los días (¡No me refiero al innombrable de AMLO!: Salinas de Gortari, ¡Que está pelón! (Andrés Manuel López Obrador) político mexicano de izquierda, ex candidato del PRD a la presidencia en las elecciones en México de 2006. A quien también la lengua popular le llamaba “el pelón” por su abundante carencia de cabello-) bordeando lo traumático, sino haciendo que aparezca algo nuevo (una posibilidad, una propuesta, una vía…) así, cual mago de las palabras, funcionan el analista como el comediante…”No siento que tenga derecho de hablar de esas cosas que no sé” –dice el analizante, ¡Entonces use el derecho! –le responde el analista.
En el psicoanálisis, como en la comedia, está implicado un saber hacer.
“Quien pretenda aprender por los libros el noble juego del ajedrez (y las artes de la comedia) -el paréntesis es mío, bueno, no es mío, pues todo el mundo los usa, me refiero a que no viene en la nota original de Freud, “Sobre la Iniciación del tratamiento”, 1913. OC, AE, TXII, p.125.- pronto advertirá que sólo las aperturas y los finales consienten una exposición sistemática y exhaustiva, en tanto que la rehúsa la infinita variedad de las movidas que siguen a las aperturas….A parecidas limitaciones están sujetas las reglas que uno pueda dar para el ejercicio del tratamiento psicoanalítico” (Freud, 1913). En ambos –comedia y psicoanálisis- cada situación, dicho, palabra, no garantiza nada de antes y después, es un instante en donde se toman los elementos que ahí tienen lugar –tanto en el chiste como en el señalamiento e interpretación del analizante- son “aves tomadas al vuelo” que poseen un instante significante. Ese es el timing en comedia, que no ha perdido su noción psicoanalítica, de -como cita Freud a Shakespeare- sobre la brevedad y el ingenio, el momento oportuno del chiste, de la ocurrencia aguda, tal como el señalamiento en el tratamiento psicoanalítico. Y no esa “onda mamila” casi, casi de de pobretear al paciente –“Pobrecito, no lo entendería si se lo digo ahora!”- estilo cazador con su presa esperando el tiempo justo, adecuado, en donde el otro pueda “entender y procesar” lo dicho por el analista, eso sería primero que el analista pretenda “curarse en salud” teniendo previamente lo que va a decir, sustrayéndose así de la experiencia analítica que también lo incluye; imposibilitándose escuchar.
Amaestrar o domesticar tanto la comedia como el psicoanálisis es pretender –como dijeron a San Agustín- meter el mar en un pequeño recipiente: dejar lo que ocurre en ese preciso y precioso momento, fuera, ponerle camisa de fuerza al tratamiento psicoanalítico, en aras de no se que purismo, que huele, como todo lo estancado, a popo y un poco a pipi, que debe de ser desechado.
Comedia y Psicoanálisis: desentumecimiento, pasiones compartidas.
Uno de los efectos, quizás el más saludable, tanto para la salud mental en general, como para el psicoanálisis y comedia en particular, sea el “desentumecimiento” e invención. En el caso del psicoanálisis, como dijera Lacan al inicio de su seminario sobre La ética del psicoanálisis
Dos citas, para medio terminar, o medio comenzar, pues el final de la escritura de un texto, es el inicio de su lectura para quienes lo lean, así el final es un inicio de algo: un recorrió, una apuesta…
“Sobre las articulaciones y efectos entre el psicoanálisis y la comedia…”Pero estoy obligado a decir expresamente que esta técnica (articular la comedia y el psicoanálisis) ha resultado la única adecuada para mi individualidad; no me atrevo a poner en entredicho que una personalidad médica (psicoanalítica o cómica) -los paréntesis son nuestros, de todos, ¡usémoslos!- de muy diversa constitución pueda ser esforzada a preferir otra actitud frente a los enfermos y a las tareas a solucionar” (Freud, S. Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico. OC, AE, TXII, p.111) Lo que no puedo prometer es que no me voy a burlar tanto de ellos como de mi mismo. Po otro lado: “A fuerza ni los zapatos” Porque precisamente no se trata de convertirse en lo que uno critica: ser muy purista, pero de la comedia y el psicoanálisis. Por mi parte, esto, que comparto con ustedes, es lo que me gusta hacer y propongo, no todo es para todos.
“Cito a Freud y a Lacan, pero siempre me dejan plantado…. pagando la cuenta”
Camilo Ramírez Garza. Psicoanalista, escritor, comediante….¡Valga la redundancia!
Licenciado en psicología (UANL) Maestría en Psicología Clínica (UANL)
Especialidad en Psicoterapia, Facultad de Psicología (UANL)
Doctorado en Artes y Humanidades, Centro de Investigación en Ciencias, Artes y Humanidades de Monterrey (CICAHM)