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4 DE SEPTIEMBRE DE 2009 | LAS MENINAS Y EL CUADRO INTERIOR

Nota semiedípica al Esquema R

La nota agregada al esquema R, y que persigue el propósito de introducir en esa reflexión el objeto (a), está fechada en julio de 1966, próxima del seminario XIII. La nota se ubica entre el seminario XIII y el XIV; la primera lección de este último seminario se halla visiblemente sobre esta vía, concretamente cuando aborda el tema de la realidad –como el esquema R– en lo que Lacan denomina allí "superficie burbuja".

Por Carlos Faig
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Esta observación cronológica cobra su alcance si aislamos el problema central que aborda allí Lacan. El núcleo temático de ese breve escrito radica en los párrafos 4, 5, 6 y 7 de los 10 que lo componen. El primer párrafo sólo indica el interés de lo que se va a introducir –el objeto (a)– en relación al "campo de la realidad que lo tacha". Ese párrafo, considerando a la nota como un escrito, es un título: "El objeto (a) y su aporte a la realidad". El título designa lo que la nota desarrolla; veremos cómo.

El segundo párrafo precisa que el campo de la realidad se obtura en el fantasma, y con esto ya estamos en plena contradicción: la realidad tacha al (a) y el (a) obtura a la realidad.
El tercer párrafo introduce al esquema R como un plano proyectivo y esto, al parecer, aclara las cosas.
En el cuarto párrafo mI, Mi desarrollan gráficamente ese tipo de plano, aislando una banda de Moebius.
Se llega así a la estructura del campo de la realidad como lugarteniente del fantasma –quinto párrafo–.
El sexto párrafo concluye la idea identificando imaginario y simbólico con el (a), y real con la S barrada.

A continuación, el sujeto definido como representante de la representación en el fantasma soporta la realidad, que sólo se sostiene por la extracción del (a) –es el séptimo párrafo–.
Así rehallamos la contradicción, que indicamos inicialmente, entre realidad y (a), especificada ahora en términos de la realidad como lugarteniente del fantasma (corresponde a la realidad que tacha al (a)) y el sujeto como representante de la representación que soporta a la realidad (corresponde a la obturación de la realidad en el fantasma).
El octavo párrafo indica un camino que no debe seguirse; advierte que no debe leerse sobre el esquema que la identificación pueda fundar la realidad (línea de penetración de lo imaginario en lo real, mI).
Los párrafos noveno y décimo refieren al desarrollo de Lacan de 1966, a la manera de una indicación bibliográfica.

De este modo, la comprensión de este escrito, una vez ubicado el punto central, gira en torno a la aparición de dos términos aparentemente opuestos: “lugarteniente del fantasma” y “representante de la representación en el fantasma". En la medida en que el término “lugarteniente”, tanto por su uso común como por el uso establecido por Lacan, es sinonimizable al representante de la representación, el problema se reduce al equívoco de un sólo concepto. De cualquier forma observemos que Lacan reserva el uso de “lugarteniente" al caso en que el problema se enfoca desde la realidad, como si hablar de “lugarteniente”, en lugar de “representante de la representación” fuera propio para designar uno de los lados de la esquizo.
Aludimos antes al parentesco de este pequeño desarrollo de Lacan con el seminario XIII. Puede verse más claramente ahora porque se produce este vínculo si recordamos que uno de los temas dominantes de aquel seminario es el representante de la representación. Por ejemplo, las últimas lecciones –donde Las Meninas ilustran el desarrollo– abordan directamente este tema. Para explicar la contradicción en que incurre Lacan es pertinente y tal vez incluso imprescindible recurrir a ese seminario. Veamos cómo Las Meninas ilustran al Vorstellungsrepräsentanz:
a) cuando el "cuadro interior" (el cuadro dentro del cuadro), que acompaña al autorretrato de Velázquez, es parte de la realidad del cuadro se trata de representación;
b) cuando el "cuadro interior" se torna inaccesible porque representa al "cuadro exterior" (el que efectivamente vemos) se trata de representante de la representación.
Homológicamente, extendiendo esta distribución sobre el esquema R, tenemos: a) cuando la realidad es parte del esquema R funciona como lugarteniente del fantasma; b) cuando la realidad es el corte del esquema R "el sujeto en cuanto representante de la representación en el fantasma soporta el campo de la realidad".
La realidad y lo real concurren a un mismo corte.
Podemos representar este movimiento como sigue:





En este punto y contrariando el primer párrafo de la nota de Lacan: no sólo se trata de una introducción “para esclarecer lo que aporta –el objeto (a)– sobre el campo de la realidad”. La ubicación del fantasma sobre el esquema R puede perfectamente sustituirlo.
Aparentemente no haría falta ya hablar de Edipo en el triángulo simbólico o situar la pareja especular en el triángulo imaginario. La explicación cambia radicalmente. Y esto preanuncia la crítica que Proposición (un año después) realiza al Edipo y a Freud (cf. J. Lacan, Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela, Scilicet Nº 1, Ed. du Seuil, París, 1968. pp. 27-28). En algún sentido el (a) es una refutación más que una introducción, una extensión o un "aporte".
Sin embargo, parece más prometedor interrogar la coexistencia de la explicación edípica y el desarrollo del fantasma, en tanto se ubican de un lado y otro de la esquizo. El Edipo (también por supuesto, el triángulo imaginario) se instala en la realidad, el fantasma ocupa lo real. Refutar el complejo de Edipo es innecesario y poco práctico, puesto que se presta a un uso pertinente ubicándolo de otra manera. Así, y en más de un sentido, lo real del objeto es equiparable a la realidad del Edipo y el incesto realizado.
Podríamos decir entonces que el objeto (a) participa de una cronología cíclica y lineal como la que domina en los mitos (cf. Claude Lévi-Strauss, Antropología estructural, Eudeba, Buenos Aires, 1968, 5ª ed., 1973, La estructura de los mitos, pp. 186-. 210), como si el objeto (a) fuera la operación lógica del mito extraída y aislada como tal (La relación percipiens/perceptum –uno de los temas propios de Una cuestión preliminar– es susceptible de formularse en términos de la distribución entre representación y representante. A la relación sujeto/objeto de la teoría clásica del conocimiento, formulada corrientemente en categorías visuales y tributaria de la economía de la representación, podemos oponerte el fenómeno de la voz psicótica en tanto es ubicable como representante de la representación y delata por allí la presencia del percipiens en el terreno auditivo. (Cf. J. Lacan, Comptes rendus d'enseignement, Ornicar? Nº 29, pp. 12-13. Lacan dice en esas páginas: “Hemos provisto la topología que permite restablecer la presencia del percipiens mismo en el campo donde es sin embargo perceptible (...)” p. 13.))


Carlos Faig. Psicólogo (UBA) y psicoanalista. Publicaciones: La transferencia supuesta de Lacan, ed. Xavier Boveda, Bs. As., l985; La clínica psicoanalítica, Xavier Boveda, 1986; Lecturas clínicas, Xavier Bóveda, 1989; Refutaciones en psicoanálisis, Alfasì, 1991; Nuevas refutaciones..., Alfasì, 1991; La escritura del fantasma, Alfasì, 1990; El saber supuesto, Alfasí, 1989. Ex profesor UBA (adjunto en Psicología comprensiva y titular en Fundamentos de la práctica analítica).

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