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8 DE JUNIO DE 2009 | DSM Y TGD

Los diagnósticos en la discapacidad mental

Al entrar en el terreno de la discapacidad intelectual, el tema del diagnóstico se complica ya que aquí, al sujeto por diferentes cuestiones que incluyen a lo científico, social y legal, se le impone un primer diagnóstico principal o básico. Me referiré al TGD, Trastorno Generalizado del Desarrollo, e intentaré determinar la utilidad de dicha categoría.

Por Lic. Dante Castelli
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La palabra diagnóstico proviene del griego y significa: que permite distinguir o discernir con claridad, esto último de acuerdo al vocablo día.

La palabra diagnóstico proviene del griego y significa: que permite distinguir o discernir con claridad, esto último de acuerdo al vocablo día.
Si recurrimos a un diccionario de lengua castellana:
Diagnóstico: tomado del griego Diagnostikos, distintivo, que permite distinguir, derivado de diagignosko, “yo distingo, discierno”, que a su vez lo es de gignosko, “yo conozco” pariente del lat. Cognoscere. Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, J. Coromina
Dentro de nuestra área, se le agrega otro vocablo “psique” por lo tanto un posible significado de la palabra psicodiagnóstico, sería: distinguir con claridad el alma o la mente de algún sujeto, la pregunta que surge inmediatamente es ¿distinguir de qué? La respuesta sería: de la mente de otro u otros sujetos.
Al entrar en el terreno de la discapacidad intelectual, el tema se complica ya que aquí, al sujeto por diferentes cuestiones que incluyen a lo científico, social y legal, se le impone un primer diagnóstico principal o básico. Me voy a referir a un tipo de estos diagnósticos: TGD, Trastorno Generalizado del Desarrollo, e intentaré determinar la utilidad de dicha categoría.
En 1er lugar agrupa síndromes totalmente heterogéneos (clasificación tomada del DSM IV)

Trastorno Generalizado del Desarrollo
F84.0-----Trastorno Autista (299.00)
F84.2-----Trastorno de Rett (299.80)
F84.3-----Trastorno desintegrativo infantil (299.10)
F84.5-----Trastorno de Asperger (299.80)
F84.9-----Trastorno generalizado del desarrollo no especificado (299.80)

Dentro de la misma entidad se encuentran, por ejemplo, el Trastorno de Rett, de etiología genética que conlleva una discapacidad mental severa, junto al Trastorno Autista, en el cual causas, síntomas, grado de discapacidad mental, habilidades sociales, evolución etc. pueden ser en extremo variables dentro del propio conjunto de los sujetos diagnosticados bajo esa categoría y nada tiene que ver con el primer trastorno mencionado en cuanto a etiología, evolución, pronóstico, habilidades comunicativas, sociales, etc.
Me parece importante hablar de la categoría F84.9, TGD No Especificado, ya que, forzando un poco los conceptos, creo que implica una formación de compromiso, al modo de síntoma, entre el discurso detenta el saber y los casos que todavía no se han logrado categorizar, pareciera que a los casos que escapan a las cuatro entidades restantes, de cualquier forma, se estaría en la obligación de incluirlos dentro de una entidad. No vaya a ser cuestión de que quede algo sin diagnosticar.
Refiriéndome no sólo al ámbito profesional sino también al de los padres y familiares, me pregunto, en que nos ayuda este modo de diagnosticar que tiene, según mi opinión, un modo compulsivo que si lo contrastamos con el significado de la palabra diagnóstico, verificamos que no cumple con la función de distinguir ya que agrupa dentro de una categoría entidades que, como ya vimos, tienen poco ver, tampoco aporta con respecto a la etiología y en cuanto a lo psíquico sólo describe algunos signos observables.
Creo que la falta de funcionalidad de esta compulsión es evidente, no obstante, los profesionales que trabajamos en discapacidad observamos que, actualmente, casos que hace unos años eran diagnosticados como Psicosis Infantil, aparecen ahora bajo el rótulo de TGD ó Retraso Madurativo lo que agrega confusión al tema.
Por otra parte el DSM IV indica que TGD es una enfermedad que tiene inicio en la niñez, infancia o adolescencia, me pregunto qué pasará con el diagnóstico cuando estos sujetos alcancen una edad adulta, se los seguirá mencionando TGD o habrá que cambiar el diagnóstico principal, es evidente que los inconvenientes se multiplican pero de cualquier forma es el modo, se podría decir, oficial, de diagnosticar ya que se imprime en los certificados de discapacidad, es utilizado por Obras Sociales y en el ámbito judicial, cuáles serán de las razones para esta aceptación.
Intentaré esbozar algunas de ellas:

  • Por un lado al discurso del saber parece no aceptar con facilidad faltas ni heridas narcisistas, intentando, contrariamente a lo que se entiende como un tratamiento científico encuadrar las diferencias subjetivas, luego una vez homogeneizadas y suprimidas las incompatibilidades, será más sencillo unificar algún tratamiento típico para todos los casos.
  • En cuanto a los padres y familiares, pienso que les resulta menos perturbador contar con un significante que nomine la discapacidad y a partir de allí tener la posibilidad de poder hablar, organizarse en torno al diagnóstico y comenzar a significarlo para luego intentar subsanar, aunque sea en parte, lo traumático que irrumpió y actuó de una forma arrasadora y siniestra. Trazando una posible analogía recurro a las Neurosis de Angustia y a los sueños traumáticos, que surgen frecuentemente en estos casos y se suceden a repetición, no obedeciendo al cumplimiento del deseo ni tampoco a una oculta aspiración masoquista, sino que intentando recuperar algún tipo de dominio sobre el híper-estímulo traumático que perforó todas las barreras protectoras y resultó ser un factor eficaz para causar la Neurosis de Angustia, colocando al sujeto en una situación de discapacidad para protegerse quedando en una situación de pasividad e indefensión.
  • También estas nominaciones diagnósticas hacen que se tome distancia sobre otra calificación emparentada con la locura y consecuentemente más perturbadora: las Psicosis.

    Lic. Dante Castelli. Lic. en Psicología UBA. Psicólogo de DINAD (defensa integral de niños y adolescentes discapacitados) Centro Nro. 1 Terapeuta de ALBANTA Y MEDITERANEO, instituciones con población de pacientes discapacitados. Coordinador de grupos de hermanos y familiares de discapacitados. Ex Terapeuta individual y familiar en casos de adicciones en Gradiva.

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