-¿Cómo identificar presentaciones psicóticas en la infancia?
-Decidí en mi libro “Presentaciones psicóticas en la infancia” esa expresión por considerar, en primer lugar, que no se puede hablar de “estructura clínica” cuando aún no ha precipitado lo que llamamos “estructura”. Se presentan habitualmente en la consulta una serie de fenómenos que dan cuenta de una maduración no alcanzada en la construcción del campo imaginario, o en la construcción subjetiva.
En el campo imaginario, desde manifestaciones autoeróticas que dan cuenta de fallas en la formación del narcisismo o desórdenes en la representación del cuerpo, hasta - en su extremo patológico- el no desarrollo de los circuitos pulsionales (como la oralidad y la analidad). Respecto de la construcción subjetiva, se observan particularmente fallas en la adquisición del lenguaje, tanto en el proceso de alienación como en el de separación.
Sea cual fuere esta falla, se registra una profunda dificultad en la apropiación del lenguaje como el modo privilegiado que caracteriza al ser humano como hablante. Es decir que está comprometido el contacto y la comunicación con los otros, sea en la expresión oral, la escrita, la gráfica,y como toda la expresión lúdica.
En segundo lugar, el término “presentaciones” propone la idea de que estas patologías pueden ser tratadas y modificadas, en mayor o en menor medida.
-¿Cuáles son los ejes del trabajo con niños psicóticos?
-El Psicoanálisis es un abordaje eficaz. Tiene como eje la construcción para el niño de un campo transferencial, donde es posible construir o reconstruir en las áreas antes señaladas.
Es posible crear las condiciones para la producción de identificaciones que no han tenido lugar, cuyo proceso se detuvo, o se ha producido un movimiento regresivo. Fundamentalmente es posible llegar a conmover la retracción autística que motivó la retracción libidinal e intelectual del paciente, para llevarlo al lazo con el mundo.
-¿Hay juego allí? ¿Cuáles son sus características?
-El juego en muchos casos no está habilitado. En su lugar hay conductas perseverantes, reiterativas o violentas. Llevar a la posibilidad de jugar es un objetivo central de la conexión con el otro, y en ocasiones todo un tratamiento tiene ese destino.
-¿Y el trabajo con los padres?
-El trabajo con los padres es esencial, pues puede ser altamente terapéutico. Para ellos por la angustia y la culpabilidad que suelen padecer. Para el hijo por la posibilidad de establecer o reestablecer un lazo de afecto, y especialmente de ser quizá escuchados por primera vez.
Pero en algunas situaciones no es posible esta vía terapéutica. El niño es depositado en una institución, y los padres manifiestan desinterés o rechazo en interrogarse sobre su implicación. Los enfoques genetistas no contribuyen a esa implicación…
-¿Qué posibilidades hay de trabajar articuladamente con la escuela?
-El trabajo con la escuela es esencial. Suele requerirse que sea especializada. El aprendizaje de la lecto-escritura es formativo de la subjetividad. Y a su vez se requiere que se hayan alcanzado organizaciones, como el lenguaje, que lo hagan posible. O que la violencia pulsional haya encontrado un dique, para que el niño pueda jugar, dibujar, o compartir con otros. Actualmente con otros colegas desarrollamos programas de formación con profesionales del área educativa, debido a las grandes dificultades que se producen en los colegios comunes, en cuanto a la trama de inclusión e integración.
Graciela Berraute es Miembro de la Escuela Freudiana de la Argentina, Miembro de la Fundación Europea para el Psicoanálisis, co-fundadora de La cosa Freudiana. Autora del libro “Presentaciones psicóticas en la infancia”.