-¿Por qué París y Buenos Aires son centros del psicoanálisis?
-París y Bs.As. no son “centros” del psicoanálisis en la historia del movimiento; ese lugar corresponde más a Londres y Nueva York, al menos desde los años treinta, cuando se produce la emigración de psicoanalistas que abandonan Viena y Berlín. Pero París y Buenos Aires son centrales en la circulación intelectual del freudismo que se pone en relación con el pensamiento social y político, el ensayo filosófico y literario.
El libro Psiquiatría, psicoanálisis y cultura comunista. Batallas ideológicas en la Guerra Fría recorta un problema en esa circulación, las relaciones con la cultura comunista, y un período, que va desde la segunda posguerra a los años sesenta. En 1949, en París, en La Nouvelle Critique, la revista intelectual del Partido Comunista Francés, se publica un manifiesto contra el psicoanálisis firmado por el círculo psiquiátrico comunista y algún psicoanalista. Ese mismo año Gregorio Bermann psiquiatra cordobés ligado al partido, da cuenta de ese pronunciamiento en Buenos Aires, en la revista Nueva Gaceta. También en París y en la misma revista, Louis Althusser publica “Freud y Lacan” en 1964. Para el principal intelectual del comunismo francés el psicoanálisis no sólo era compatible con el marxismo sino una herramienta conceptual indispensable para una teoría de las ideologías. Mi libro encara una investigación de las polémicas, las fracturas y los malentendidos que circulan entre París y Buenos Aires en esos años.
--Londres, París, Buenos Aires... ¿Qué tienen en común?
-Londres entra en esta historia sobre todo por el estudio de las relaciones que se establecen, durante la guerra y en la inmediata posguerra, entre el psicoanálisis y el nuevo movimiento de la salud mental. Una condición básica de esas relaciones se produce a partir de las experiencias de una psiquiatría de guerra que, del lado de los aliados, es decir, Estados Unidos e Inglaterra, incorporó ideas y enfoques provenientes del psicoanálisis pero también de la psicología, la sociología y la antropología. Ese nuevo discurso dominó en el Congreso de Salud Mental realizado después de la guerra, en Londres, en 1948 y trataba de proyectarse como un programa internacional. Las transformaciones de la psiquiatría incorporaban abordajes familiares y sociales que iban más allá de los viejos temas de la medicina mental y convertían a la salud mental en un teatro de la reforma social y política que acompañaba cierta expansión de los modelos de vida promovidos por la cultura norteamericana y el cine de Hollywood. Frente a ese panorama, en París, prevalecían las posiciones críticas. Por un lado, la psiquiatría de base somática procuraba mantener su hegemonía y resistía tanto el reformismo de la psiquiatría social como la difusión del freudismo. Por otra parte, la incipiente enseñanza de Lacan coincidía con la psiquiatría de izquierda en la denuncia de las corrientes norteamericanas. Los debates y los cuestionamientos de las nuevas orientaciones llegan a Buenos Aires en los cincuenta, desde París, junto con la psicología y la psiquiatría proveniente de la URSS, el pavlovismo.
--¿Cuál es la relación entre psicoanálisis y comunismo?
-La relación viene de antes. En el libro, el foco está en la “cultura comunista” en el ámbito de las disciplinas psi, en un periodo muy particular. No es sólo el marxismo como corpus teórico o doctrinario en la medida en que se atiende a la dimensión material y organizativa que involucra revistas, colecciones, círculos e intervenciones que se nuclean alrededor del Partido. Y se corresponden con una época caracterizada por los conflictos de la Guerra Fría, un momento particularmente intenso de la cultura de izquierda que es explorada a través de un corpus que comprende la psiquiatría y el psicoanálisis, pero también la psicología y las nuevas ciencias sociales. Es una historia de la izquierda psi, una configuración disciplinar pero también cultural y política que pertenece a las formaciones ideológicas de la izquierda y a la vez al campo discursivo de la psiquiatría y el psicoanálisis.
--¿En qué punto la psiquiatría es política? Y el psicoanálisis?
-Las luchas políticas son explícitas en la medida en que la crítica comunista, y de izquierda en general, denuncia el uso de nociones e instrumentos provenientes de las disciplinas psi en fábricas, barrios o cuarteles; y tiende a interpretar los malestares y conflictos como expresión de las luchas sociales. Esa dimensión política se corresponde con una época de combates ideológicos e intelectuales, un terreno en el que se despliegan los conflictos de la Guerra Fría, en particular las posiciones que denuncian la penetración en la cultura y las ciencias sociales de los enfoques provenientes de la cosmovisión norteamericana. Esa politización del campo psi en la Argentina comienza por la psiquiatría pero rápidamente se focaliza en el psicoanálisis en la medida en que las doctrinas freudianas aparecen como sostén de una concepción del sujeto y de la sociedad enfrentada e incompatible con el marxismo. Por otra parte, la crítica al psicoanálisis y al nuevo discurso de la salud mental no se separa de los debates políticos y los juicios ideológicos que la razón comunista descarga sobre las artes plásticas, la literatura, la filosofía o la música. Por supuesto, como es sabido, la radicalización política del campo psicoanalítico alcanzará en la Argentina un clímax hacia finales de los sesenta.
Hugo Vezzetti es profesor de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet. Fue interventor y decano normalizador de la Facultad de Psicología de la UBA durante la transición democrática, entre 1984 y 1986. Ha integrado el Comité de Dirección de Punto de Vista.
Ha enseñado además en las universidades de San Luis, Tucumán, Rosario y en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de General San Martín. Y ha participado en diversas actividades de enseñanza, investigación e intercambio en las universidades de Boston, Maryland y Georgetown (en Estados Unidos), en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Postdam, el Institute of LatinAmerican Studies y el Institute of Germanic & Romance Studies, de la Universidad de Londres. Ha sido profesor visitante en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París y en el Instituto Iberoamericano de Berlín.
Ha publicado La locura en la Argentina (1983), Freud en Buenos Aires (1989), Aventuras de Freud en el país de los argentinos (1996) y, en nuestro sello editorial, Pasado y presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina (2002) y Sobre la violencia revolucionaria: memorias y olvidos (2009).