Entrevistas

4 DE ABRIL DE 2014 | LA COMPLEJIDAD DE LA ETAPA

Avatares de la adolescencia

Para José Barrionuevo las conceptualizaciones de Freud y Lacan continúan vigentes a la hora de abordar la adolescencia, en tiempos del capitalismo tardío. El uso de las redes sociales, y la virtualidad.

Por Lic. Carolina Duek
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-¿Cuáles son los avatares de la adolescencia?

-Considero a la adolescencia como un fenómeno complejo: individual, familiar y social, y esa complejidad se pone en evidencia con sólo observar los movimientos que se producen en los propios padres ante la irrupción de un “extraño-familiar” hijo adolescente, o en la sociedad toda frente a “los adolescentes”, y por cierto en el propio sujeto que enfrenta las transformaciones en dimensiones varias.
Podríamos decir en una primera aproximación, en forma general, que la adolescencia supone una contundente conmoción estructural, un fundamental y trabajoso replanteo del sentimiento de sí, de la identidad del sujeto. Es posible definir la adolescencia desde el psicoanálisis, como re-posicionamiento del sujeto en relación al Otro familiar y social, en cuanto a su identidad y respecto de la sexualidad, en la dimensión de la conflictiva edípica y en cuanto a los otros del complejo fraterno (sus pares), en procura de descubrir su propio deseo. Atolladero o encrucijada en la vida del sujeto que plantea la exigencia de elaboración de procesos de identificación, y de des -identificaciones, en procura de lograr para sí un lugar simbólico propio, diferente al del niño que antes fuera pegado o abrochado al deseo de los padres, y aun no adulto.
Pero es importante ubicar la adolescencia según el tiempo en el cual los adolescentes a los que nos referimos se encuentran insertos. El tiempo del capitalismo tardío, en el que vivimos, está caracterizado por la estimulación del consumo, la sobrevaloración de la imagen y la importancia de la inmediatez que producen los medios de comunicación masivos, como fenómenos de la globalización. Las condiciones descritas definidas como propias de la actual modernidad, facilitarían el predominio del acto por sobre el pensar y por sobre la importancia de la palabra, ubicado el sujeto en un mundo que estimula en consumo. “Discurso capitalista”, propone Lacan, en una formulación en la que sostiene que es astuto y perverso porque estimula el rechazo de la castración provocando que el sujeto llegue a creer que todo es posible de lograr en tanto todo es mercancía, objetos de mercado.

-¿Qué consecuencias acarrea el uso de la virtualidad (cada vez mayor) en la clínica?
-Los padres se quejan de que sus hijos están “desconectados”… “…siempre metidos en la compu…!!!” dicen. ¿Desconectados o conectados a otros espacios?, sería la pregunta. Desconectados de sus padres, ¿conectados a qué? Estar conectado se enlaza hoy a “red” que es una matriz que conecta y desconecta. Es un espacio de conexión o de un deambular mirando quién está, quién entró, y transitar sin “hablar” con nadie. Si bien, también pueden conectarse, “hablar” con “amigos”.
Las conexiones son “relaciones virtuales” que son de fácil entrada y también de fácil salida, como “ventaja” de una relación electrónica en la que se puede “deletear” en un instante, sin explicación, salir, desaparecer, así como al otro se puede hacer desaparecer con sólo oprimir una tecla.
La proximidad o el contacto no es un problema como puede serlo una cercanía no virtual, sino que hay menos presión por cierto. Y se puede tener amigos sin las exigencias que supone la amistad en el intercambio afectivo.
Pero, ¿qué reflejan las pantallas con las que el capitalismo tardío llenó las casas?
De alta definición, la imagen puede llegar a ser quizás más nítida que la realidad misma. Las pantallas tienen en realidad función de espejos o de ventanas, por los cuales se puede mirar al otro y ser mirado por el otro, o mirarse a uno mismo.
Lacan sostiene que existe un marco que es el marco del fantasma como escena en la que el sujeto se encuentra y construye como respuesta a la pregunta sobre deseo del Otro, en procura de construir y sostener su propio deseo. Y habla de otro marco que es la imagen especular, considerando que es preciso que haya un límite a la investidura especular que correspondería al tiempo fundamental de la relación imaginaria que, reiteramos, debe tener límite. Si bien todo el investimento libidinal del sujeto pasa por la imagen especular, debe haber una operatoria, falo mediante, para instaurar la castración, que hace que no quede cautivo en la imagen. El campo virtual es constituyente, por su intermedio se conforma el soporte imaginario de la estructura, hace a la estructura del cuerpo como imagen especular y forma parte de la construcción del fantasma en lo relativo a sostén de la estructura subjetiva.
La pantalla también entonces es espacio de construcción del marco escritural del fantasma, o bien puede proveer tan sólo reflejo especular. En eso radica entonces la diferencia en cuanto a la relación que el sujeto, en este caso el adolescente, construye con el uso de la “virtualidad”: o encierro narcisista o autoerótico, que marca lo patológico del uso de los medios modernos de comunicación en jueguitos, Facebook, Twitter… o como avatares esperables en el reposicionamiento del sujeto en la así llamada “adolescencia” en contacto con otros utilizando las nuevas tecnologías.

-¿Qué marca el "fin" de la adolescencia?
-En la materia “Adolescencia” (Cat. 1) a mi cargo en la Facultad de Psicología de la U.B.A., definimos el último tramo de la adolescencia con el nombre de juventud, empleando este término para referirnos al tiempo lógico que se extiende desde el momento en el cual el sujeto se desprende de lo endogámico, que lo familiar y luego los ámbitos educativos le proveen como espacio protector, y se enfrenta a las exigencias de un mundo complejo, sin la seguridad que provee la incondicionalidad, en lo esperable o en términos de normalidad, del ámbito de la familia.
Así como empleamos las expresiones síntoma o semblante de la pubertad para referirnos a la adolescencia, es posible afirmar entonces que juventud podría ser considerada expresión del trabajo psíquico supuesto en la salida exogámica de un sujeto que se inserta en la dinámica de las relaciones sociales y económicas que caracterizan al momento histórico-socio-cultural en el cual se encuentra viviendo, con el “hallazgo del objeto”, partenaire o compañero sexual, y la construcción de proyectos: en lo laboral o en profesional y en el referido a la posibilidad de la propia maternidad o paternidad.
Freud (1908) plantea que “el hombre joven” debe aprender a reprimir el exceso de egoísmo infantil “...para lograr la inclusión en la sociedad, tan rica en individuos igualmente exigentes”. Remarcamos la expresión “hombre joven” que utiliza al referirse a la inclusión del sujeto en su realidad socio-económica, en nuestro tiempo seguramente aun más exigente que en la época en que Freud viviera.
Con el correr de los años, y gracias a la experiencia adquirida, los proyectos comienzan a hacerse más realistas, progresivamente, quedando la dimensión de la fantasía como preparatoria para la acción, debiéndose elaborar en la juventud el duelo por aquello que se decide desechar en el momento de una elección.

-¿De qué "adolece" el adolescente en la actualidad?
-Pensando desde el psicoanálisis, no coincidimos con aquella perspectiva que hace del término adolescencia una derivación de “adolecer” haciéndose cargo así al adolescente de la falta, de la castración, que define al sujeto del inconciente por estructura, y no por edad. Igualmente es claro que el adolescente adolece, en tanto sujeto, fundamentalmente de experiencia de vida, que irá haciéndose mientras transita este tiempo así como de niño lo hiciera o lo hará como adulto.
En lo referido al adolescente en la actualidad, el “adolecer” está en las antípodas del plus de goce que el discurso capitalista exige como imperativo, “goza” consumiendo más y más, sería la exigencia, por lo cual el deseo puede llegar a debilitarse hasta llegar al límite de la patología.

-¿Qué noción freudiana sobre el tema tiene más vigencia hoy en día?
-Voy a transcribir una frase freudiana con la que cierra El malestar en la cultura (1930), escrito en el cual aborda la compleja situación del sujeto en la cultura, más allá de edades, es decir, ya sea de que se trate de niños, adolescentes, adultos o ancianos, y de total vigencia. En tanto lo subjetivo depende de lo cultural, del momento histórico-socio-cultural en el que el sujeto se encuentra inserto, y a su vez las transformaciones de la subjetividad incidirán en los movimientos que a nivel de lo cultural se irán produciendo, Freud reflexiona y se refiere al destino de la “especie humana”, preguntándose si el desarrollo cultural logrará, y en caso afirmativo en qué medida, dominar la perturbación en la convivencia proveniente de la pulsión de agresión y autoaniquilamiento: “Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre. Ellos lo saben; de ahí buena parte de la inquietud contemporánea, de su infelicidad, de su talante angustiado. Y ahora cabe esperar que el otro de los dos ‘poderes celestiales’, el Eros eterno, haga un esfuerzo para afianzarse en la lucha contra su enemigo igualmente inmortal. ¿Pero quién puede prever el desenlace?”. Como se observa, una frase de total actualidad, y podríamos preguntarnos hoy con Freud nuevamente: ¿es posible prever tal desenlace?


José Barrionuevo. Dr. en Psicología UBA. Lic. en Psicología UBA. Especialista en Problemática de Drogas UBA. Psicoanalista. Profesor Regular a cargo de la materia “Adolescencia” (Cat. 1) de la Facultad de Psicología UBA. Profesor Titular de la materia Psicopatología de la Carrera de Psicología del Instituto Universitario Fundación Barceló. Coordinador del Equipo de Adolescencia del Hospital Italiano de Bs. As. Autor, entre otros libros, de: “Adolescencia y juventud” de Editorial EUDEBA, “Adolescencia. Clínica psicológica y psicoanalítica institucional” de Editorial del Hospital Italiano de Bs. As., “Drogadicción en la adolescencia” de Gabas editorial, “Juventud y actual modernidad” de Editorial EUDEBA, “Temas básicos de psicopatología” de Gabas editorial, “Clínica psicoanalítica con niños y adolescentes” publicado por Instituto Universitario Fundación Barceló.

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