En terapia es una serie de televisión que busca reconocer una de las prácticas habituales de la sociedad moderna: las sesiones de psicoanálisis.
Esta serie sigue la labor cotidiana del psicólogo Guillermo Montes a lo largo de su semana, mostrando en cada uno de sus episodios una sesión de terapia con sus pacientes: los días lunes, acompañará a Marina; los martes, escuchará a Gastón; los miércoles, se tratará de Clara; los jueves, se reunirá con el matrimonio de Martín y Ana; y cada viernes concluirá la semana en el consultorio de su supervisora, Lucía Aranda.
Con origen israelí, Be Tipul (En terapia), fue creada por Hagai Levi con Ori Sivan y Nir Bergman, y licenciada por Dori Media Contenidos para ser replicada en 34 países del mundo.
La versión argentina fue producida por Dori Media Group en conjunto con la TV Pública, y adaptada por la guionista y escritora Esther Feldman y el cineasta, guionista y director Alejandro Maci. La adaptación incluye tanto a los personajes y sus historias como a las situaciones contextuales y de idiosincrasia de nuestro país, a la vez que articula los formatos de cine, teatro y TV orientados al público de la televisión argentina.
Integrada por actores y actrices de reconocida trayectoria, la primera temporada de “En terapia”, consta de 45 capítulos de 30 minutos cada uno, que se emiten de lunes a viernes a las 22.30, por la pantalla de la TV Pública.
-¿Qué implica para usted hacer una serie en televisión sobre la terapia, en un país donde la psicología está ampliamente desarrollada?
-En principio aclararía que es una ciudad altamente psicoanalizada. No me arriesgo a hablar del país en su totalidad ya que los porteños solemos pensar que lo que ocurre acá es un reflejo de todo el país y no siempre lo es. Sin embargo, está claro que el psicoanálisis es una práctica muy difundida en nuestro país y en ese marco el desafío fue muy grande. Había que intentar hacer algo verosímil, pero a la vez sin perder de vista el carácter lúdico que tiene un programa de ficción. No podíamos hacer un documental sobre la terapéutica. Tuvimos que pensar en los tres públicos posibles: los analistas, los psicoanalizados y los neófitos.
-¿Recibió algún comentario/crítica/sugerencia por parte de alguna institución "psi"?
-Antes de sentarnos a hacer la adaptación hicimos un workshop con el autor original y nos informamos sobre la escuela subjetivista en la cual está basada la performance de nuestro protagonista. Esta escuela es poco difundida en la argentina y prácticamente no tenemos tradición en ella. La escuela subjetivista se basa en que la subjetividad del analista cumple un rol importante en el proceso terapéutico. Por ejemplo nos sorprendía mucho que el analista fuese predictivo, que le dijera a un paciente lo que tiene que hacer o dejar de hacer. Una vez salida al aire la serie, por supuesto tuvimos mil comentarios de nuestros amigos analistas pero no de una institución en particular.
-¿Cómo es el proceso a través del cual idean los conflictos de los personajes?
-En este caso se trata de una adaptación con lo cual los conflictos de base de los personajes ya estaban dados por la dramaturgia original. En algunos casos tuvimos que argentinizar el disparador del conflicto pero la histeria, la culpa, o las crisis de pareja, por nombrar algunos de los conflictos de los personajes de la serie, son universales.
-¿Qué adaptaciones tuvo que realizarle al formato y a los personajes para adaptarlos a la cultura argentina?
-En principio un conocimiento profundo de la dramaturgia original. No solo de lo dicho sino también de lo no dicho en cada personaje y en cada situación. Luego hay que ver que conflictos o que disparadores son adecuados para una sociedad como la nuestra. Como es de público conocimiento, en la versión original, el paciente de los martes era un piloto guerra que había bombardeado un jardín de infantes. Y su padre era un sobreviviente de los campos de concentración nazis que había ahogado su propio padre para salvar su vida y la de los otros refugiados. Esa realidad no existe en nuestra historia. No había ningún suceso que se equiparara a eso. Qué hicimos? Lo convertimos en un policía de elite dedicado a la lucha contra el narcotráfico y con un padre militar en la época de la libertadora. En definitiva buscamos una estructura narrativa que nos dejara contar el conflicto de base que era la negación y la culpa.
-¿Qué es lo que más le gusta de la serie?
-Lo que más me gusta de la serie es su inteligencia narrativa. Me gusta que sea prácticamente una única toma. Por otro lado creo que el atractivo principal para todo el público es poder espiar un espacio que de suyo está vedado: la experiencia vougerista de espiar una sesión de análisis por el ojo de la cerradura y además espiar la vida del analista que siempre es una especie de misterio insondable.
Por otro lado, como autora de tv me gusta que la serie rompe con todos los preceptos que hemos aprendido en la teoría del guión. Como por ejemplo la ley que dice que si podes mostrar una cosa no lo cuentes, mostralo. En terapia solo muestra gente hablando de lo que le pasó fuera de escena y sin embargo te mantiene en la punta de la silla esperando ver qué va a pasar.
Esther Feldman es licenciada en Letras, egresada de la Universidad de Buenos Aires. Es escritora, dramaturga y hace más de diez años que escribe guiones de cine y televisión. Es la autora de los programas televisivos “Lalola”, “Okupas”, “Disputas”, “Sol Negro”, “Maltratadas” y “Los Exitosos Pells”. En diciembre de 2008 publicó “Amados y Amantes –hay hombres que aman y otros que de dejan amar” Ed Grijalbo-Random Mondadori. El cual llegó a su séptima edición.
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