Entrevistas

Por Lic. Prof. Carolina Duek

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-¿Qué recorrido siguen los Trayectos en la clínica psicoanalítica?

-Trayectos en la clínica traza recorridos singulares que nos exponen como analistas a lo impensado en la experiencia del análisis, los de ese andar entre dos -un analista y un analizante- y busca señalar distintas sendas en el espacio de la transferencia.
Procuro hacer una lectura de los equívocos en los diferentes modos de errar en el decir, en la escucha y la lectura del discurso de un sujeto en análisis. Todo esto en el entramado de la realidad psíquica propia de cada sujeto.
Es, en el trayecto, que intento descubrir los matices en que puede llegar a perfilarse de manera singular el deseo, según las tonalidades de cada sujeto en los misterios del inconsciente.
En la medida en que los analizantes relatan padecimientos, considero de especial importancia la prudencia en la intervención del analista. Ésta supone el cuidado de la subjetividad, la consideración de los tiempos de espera respecto de lo insabido, inentendible para encontrar una significación. Una interpretación que posibilite, y a su vez que de acceso, a lo incierto de cada analizante en cada implicación subjetiva.

-¿Cómo fue la selección de escritos clínicos?
-En los primeros siete capítulos despliego temas que considero importantes en la escucha analítica y lo hago a partir de fragmentos de trayectos clínicos.
En el primero de esos capítulos me ocupo del diagnóstico del autismo como marco orientador. En el segundo, puntualizo algunas de las consecuencias del incesto en una paciente; el tercero toma como eje los efectos de la renegación en una analizante. Luego procuro dar cuenta, a través de otro caso, de la posibilidad de despejar un camino para la sublimación. También hay un caso que permite abordar algunos aspectos del masoquismo. Hacia el final de la primera parte, ubico ciertos hilos de la resistencia del analista.

-¿Qué obras literarias incluís en la segunda parte del libro?
-A lo largo d

e los cuatro capítulos de la segunda parte, retomo obras de escritores célebres del campo de la filosofía y la literatura, como Sófocles, Julio César, Aristófanes y William Shakespeare, entre otros. Tanto Freud como Lacan hacen referencias a esos relatos en sus teorizaciones y eso me convocó a comentarlos en el libro. Me interesó resaltar en ellos el modo en que aparecían los hechos histórico-sociales y las ficciones que los acompañaban.

-¿Como cuáles?
-Estos autores convergen en algunos temas invariantes: la prohibición del incesto, el parricidio, el humor, el pudor, los efectos de lo insepulto, sexualidad y muerte articulados con el abordaje que de ellos hace el psicoanálisis. Cada uno de ellos puede propiciar el encuentro con nuevas letras y descubrimientos impensados.
Así, la pieza Antígona, bien puede considerarse a título de ejemplo de un efecto de transmisión de lo trágico, de un goce que no se desplaza. Mi interés allí reside en trabajar cuál podría ser la lógica de los acontecimientos que constituyen la senda de lo insepulto. Esto es, sin dar sepultura en una tumba, sin honras fúnebres o sea, sin un lazo social. Antígona busca hacerlo, aunque esa decisión la conduzca a su propia muerte.
El siguiente capítulo está dedicado a señalar cómo están presentes el goce no acotado y la ley en actos que cobran importancia en los planos míticos e históricos, a diferencia del acto analítico en transferencia, que intenta subvertir un orden determinado por el sentido del Otro.
En el tercer capítulo realizo una comparación entre la comedia Avispas de Aristófanes y la tragedia Hamlet de Shakespeare. Busco allí mostrar, por un lado, la vía del humor para metaforizar la inevitable falla del padre y por otro, el modo que se presenta en el escenario de tragedia de Hamlet siguiendo la ruta de muertes, asesinatos y suicidios.
Finalmente, en el último texto de esta segunda parte exploro el término vergüenza para luego ubicar el humor, en sus diversas formas y recursos, como una vía posible para su tramitación simbólica.

-Con tu larga trayectoria en clínica y hospitales, ¿qué te llevó a escribir el libro?
-Siempre me ha gustado trabajar la práctica analítica tanto en el terreno público como privado. Mi continuidad en la clínica me permite seguir interrogándola hasta el día de hoy. Lo hago tanto desde la perspectiva de la singularidad en el trayecto de una cura, como la de mi implicación en ella, buscando desenmascarar mis resistencias en el despliegue de los abordajes que hacen a esta práctica.
Decidí dedicarle un tiempo a poner por escrito los interrogantes que me fueron surgiendo. Fue un trabajo que me llevó a diferentes borradores donde iba explorando un sin fin de caminos. Como una carretera principal y sus diversos recorridos en cada uno de los casos clínicos presentados. Al articularlos y elaborar formulaciones al respecto, entiendo que facilitan el avance del psicoanálisis.
El libro surgió a partir de diversas presentaciones que hice en jornadas de hospitales, de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, así como en revistas y congresos, algo que continúo haciendo en la actualidad. Es la transmisión de mi experiencia.
Invito al lector a recorrer estos trayectos que hacen al tejido de la clínica analítica en su diversidad.

Esther Romano es psicoanalista, miembro de la Escuela Freudiana de Buenos Aires Desarrolla su práctica clínica en Buenos Aires. Perteneció al staff de diversos Hospitales: Borda, Clínicas, Centro de Salud Mental N° 1 “Dr. Hugo Rosarios”.
Dictó clases en la Universidad de Buenos Aires, en la Cátedra de Medicina Social de la Facultad de Medicina; en la Práctica Clínica: un acercamiento a la experiencia, de la Facultad de Psicología; y en otras instituciones. Publicó trabajos en varias revistas: Cuadernos Sigmund Freud, Psicoanálisis y el Hospital, entre otras.


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