En los seres hablantes el goce se presenta siempre en forma de síntoma, al hablar se goza y de ahí la queja porque siempre el goce tiene efectos inesperados, paradójicos y puede conllevar su dosis de angustia.
Inicialmente Freud pensaba que el síntoma una vez interpretado podría desvanecerse y revelar su verdad, sin embargo pudo constatar que la cosa no era así de sencilla. Investigando más profundamente se encontró con la reacción terapéutica negativa, la resistencia del Ello, el masoquismo primordial y la pulsión de muerte, se encontró con los limites de la clínica psicoanalítica que se ubican en la dimensión de lo real, en lo que no va, en lo imposible.
En el texto Inhibición síntoma y angustia Freud habla del síntoma como «indicio, o sustituto de una satisfacción pulsional interceptada por la represión»1. Cumpliría la función de la satisfacción sustitutiva impuesta por la represión. Freud liga el síntoma con el automatismo, o con lo que él prefiere mejor llamar «compulsión de repetición» del Ello inconsciente2. Para Freud habría un real en el síntoma al que parece imposible dar sentido, pero para Lacan no se trata exactamente de eso, la relación del síntoma con lo real pasa por otros derroteros.
En la lógica lacaniana, se llama síntoma a lo que viene de lo real. «El sentido del síntoma es lo real en la medida en que se interpone para impedir que las cosas marchen»3. «el síntoma es lo necesario, lo que no cesa de escribirse en lo real»4, con lo que nos indica que hay un saber en lo real y que surge en cada repetición. Parece que el síntoma encierra una verdad oculta, velada que el análisis pone a hablar para intentar revelar algo sobre esa verdad fundamental del sujeto.
Si bien al principio se concebía el síntoma como un mensaje o como una metáfora en 1973 en Televisión5 Lacan define el síntoma como un nudo de significantes, es decir el nudo representa la cadena de significantes.6
El síntoma habla porque conlleva una articulación significante y a la vez su desciframiento está en relación con la economía de goce y es por ello que hablando, algo se puede leer en la letra de goce. Aquí nos encontramos ante una dificultad y es que lo real es lo que no va y además es lo imposible de decir. La verdad no puede decirse…toda, pero algo de ella se desliza en las formaciones del inconsciente y especialmente en la repetición sintomática.
En la última enseñanza de Lacan, en el seminario RSI, define el síntoma como el modo en que cada uno goza de su inconsciente, por ello habla sobre el final de análisis y la identificación al síntoma, entendido éste como «el modo en que cada uno goza del inconsciente, en tanto que el inconsciente lo determina»7 Inconsciente articulado al goce y en relación a la letra, letra que marca, letra que cifra dicho goce. Ante la imposibilidad de inscribir la relación sexual que no existe, el síntoma viene a suplirla, aparece en lo real.
En el psicoanálisis no se considera el síntoma como un disfuncionamiento, un déficit respecto a la norma, a diferencia de las psicoterapias no se intenta eliminar el síntoma. En la lógica Lacaniana el síntoma es lo necesario por lo que cumple una función, que es importante descubrir, función que está llamada a compensar algo que falla en la constitución de la estructura psíquica del ser hablante. Se le concibe como una suplencia que puede permitir al sujeto continuar funcionando con su vida. En este sentido el síntoma es un modo de tratamiento de lo real por lo simbólico y el análisis puede evidenciar de esa incidencia en lo real a través de lo simbólico.
En el psicoanálisis se trata de acotar el síntoma y de hacer con él, que «el síntoma sea reducido hasta encarnar en un nudo aquello que articula lo imaginario, lo simbólico y lo real. Entonces, cuando evocamos la reducción del síntoma evocamos dos dimensiones: de una parte la elucidación, y de otra la pérdida de goce»8.
Vivimos una época de grandes cambios marcados por el desarrollo tecnológico que afecta a las formas de producción y a los vínculos de los sujetos en todos los órdenes de su vida. «La sociedad se vuelve cada vez más pobre en experiencias transmisibles comunicadas oralmente»9. Son tiempos donde la narración está en crisis. «La sabiduría es una verdad narrada, en su lugar aparece la técnica de solucionar problemas»10
La angustia para Lacan «es instructiva». La angustia es el síntoma tipo de todo advenimiento de lo real»11 y es para los analistas la brújula que señala lo que no va, sin embargo hoy pocos creen en el inconsciente, se eligen la evidencia científica, el mercado de consumo, las fake news y los líderes de pacotilla.
Es difícil conectar con el interior propio, poner palabras a lo que ahí dentro sucede, hay pobreza y lejanía en relación al mundo psíquico, se ignora que del inconsciente puedan encontrarse respuestas. Hay palabras pero sin resonancia en lo más hondo. En ocasiones, los intentos en la clínica son como la prueba de las Danaides donde lo que resbala y se vuelve a escapar son solamente palabras vacías. Si no hay consentimiento y compromiso del sujeto para que la palabra pueda acceder a lo real, no hay posibilidad de modificación del goce. Para que el síntoma pueda ser analizado debe articularse con el inconsciente y este acceso solo es posible a través de la transferencia.
Es un reto para los analistas encarar la modernidad, tan fluida, tan tecnológica, donde fácilmente se cambian y pierden los vínculos. El síntoma cambia su ropaje para intentar disfrazar así la castración, pero de ese modo los retornos de lo real aparecen con mayor crudeza en una sociedad cada vez más solitaria y deshumanizada.
Vemos también sujetos que continúan en su goce, sin poder/querer renunciar a él, sin querer sacrificar nada y demandando celeridad para poder seguir con la vida que llevaban, sin querer /poder parar a pensar, sin querer saber qué sucede y comprometerse para hacer un trabajo analítico. Así es difícil lograr un saber sobre la verdad del propio ser y situar las bases de una vida vivible. Es una elección posible atravesar la existencia haciendo el tour del caracol ciego e ir tropezando una y otra vez, siempre en la misma piedra; sin embargo el psicoanálisis nos abre otras alternativas menos mortificantes y más satisfactorias para el deseo.
Notas
1 Freud S. Inhibición síntoma y angustia. Amorrortu Argentina. (1975) Pág. 87.
2 Ibid. Pag 144.
3 Lacan J. En los confines del seminario. La Tercera. Paidós. Buenos Aires 2022 Edición digital. pág. 102
4 Lacan, Jacques: El Seminario. Libro 19: …o peor. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2012, pág. 49.
5 Lacan J. Televisión. Otros escritos. Paidós. Buenos aires 2012. Pág. 542
6 Soler C. Síntomas. Asociación del Campo freudiano de Colombia. 1998. Pág.15
7 Lacan J. Seminario XII RSI Clase 6: 18 de febrero de 1975 Versión crítica de Rodriguez Ponte (Pag 205).
8 Izcovich L., El síntoma necesario. Desde el Jardín de Freud [N.º 12, enero – diciembre 2012, Bogotá] issn: (impreso) 1657-3986 (en línea) 2256-5477, pp. 21-30.
9 BYUNG-Chul Han. La crisis de la narración. Herder. Berlin. 1923. Pag 18
10 Ibid. Pag 18
11 Lacan J. En los confines del seminario. La Tercera. Paidós. Buenos Aires 2022 Edición digital. Pág. 105.