La Antena “Infancia y Juventud de Bogotá” está vinculada a la Universidad Popular Jacques Lacan de París. Se trata de un grupo de investigación en psicoanálisis para la infancia y la juventud con aplicación a la educación, a la clínica y a las problemáticas sociales actuales.
Maneja las siguientes tres líneas de investigación y de acción:
- Guerra, infancia y juventud.
- Inclusiones y segregaciones en educación. Contraexperiencias.
- Propuestas de intervención clínica de las psicosis y los autismos en niños y jóvenes. Hacia una práctica dialogada.
Entrevista a Lizbeth Ahumada Yanet
-¿Qué trabajo se propone un psicoanalista con la familia de un niño autista?
-Una de las mayores contribuciones del psicoanálisis consiste en desnaturalizar el lazo del sujeto con el Otro, en transmitir el arduo trabajo que significa para un sujeto poder construir esta relación. Es bajo esta premisa que podemos dar cuenta de nuestra enunciación en la clínica psicoanalítica.
La pregunta parte de una verdad: No es posible el trabajo con el sujeto autista sin contar con el marco familiar que constituye el Otro que lo rodea. Por lo demás, es una constatación en la clínica psicoanalítica con niños. Es decir, el encuentro de un niño con un psicoanalista requiere que sea un encuentro si no consentido, al menos respetado y sostenido por los adultos. La familia ciertamente puede llegar a consolidarse en una red de apoyo, no solo nominalmente sino operativamente para el niño con autismo. Tratar de saber un poco más del niño, de sus angustias, de su modo radical de defenderse del mundo, de sus esfuerzos por cruzar ciertos umbrales que lo alejan del otro, de sus síntomas; implica depositar en el niño aquello que podría ser el hilo que permita halar un poco, suavemente pero con firmeza, el signo de un hallazgo para estar con el otro sin percibir que eso implicaría una catástrofe subjetiva. Muchas veces, las familias, los padres, -y qué decir de los mismos niños!- son callados con furia por saberes que no tienen en cuenta la singularidad de quien soporta un gran sufrimiento. Y muchas veces los padres terminan cediendo y se van alejando cada vez más del hijo y en medio el saber de la evaluación y de los protocolos. A la invención fundamental del niño para salir de su torbellino trágico, hay que agregar y valorar la invención de los padres en particular y de la familia en general, para hacer un lugar, alojar al sujeto que es el niño. El camino no es fácil, pero siempre queda el entusiasmo de quien está en un terreno completamente inédito.
El sujeto tiene consigo el mensaje de su salida y requiere el destinatario que la acoja. Una botella lanzada al mar solo puede ser el signo de existencia de un sujeto si hay otro que la encuentra y contraría su destino de naufragio. Porque en efecto así podemos pensar la relación del saber con el autismo: Un naufragio en el mar del Otro.
-¿Qué diferencias clínicas encuentra en el autismo y en la psicosis?
-Digamos que tanto los autismos como las psicosis, son posiciones del ser del sujeto; modos de habitar el mundo que no son otra cosa que la puesta en acto de la relación con el Otro, y esa puesta en marcha implica constatar el estatuto de esa relación y por ende, el estatuto mismo del Otro. Así, los fenómenos presentes en las psicosis y en los autismos, sus síntomas, nos muestran las maneras en que el sujeto intenta desembarazarse del goce prendido a su ser. En este intento podemos abrir cierto espectro en las modalidades de los fenómenos clínicos que dan cuenta de ello. Los debates actuales en el Campo Freudiano alrededor de los diagnósticos diferenciales que tienen su razón en el tratamiento mismo, siempre serán dóciles frente a los esfuerzos del sujeto en esa acción fundamental. De qué medios se sirve en la dosificación o en el drenaje del goce invasivo que lo habita.
-¿Qué es Antena Infancia y Juventud de Bogotá?
-La Antena Infancia y Juventud de Bogotá –vinculada por Jacques-Alain Miller a la Universidad Popular Jacques Lacan de Paris que él creó-, reúne un grupo de personas de diversos ámbitos del saber, que de alguna manera han sido sensibles a la necesidad de la presencia del psicoanalista de orientación lacaniana en problemas acuciantes devenidos fenómenos de población. Podríamos decir que es la puesta al trabajo de una concentración transferencial -en reserva- con el saber psicoanalítico por la vía de la posición de analizante, de riguroso lector, de participante de seminarios de psicoanálisis, de académico o ilustrado conocedor, o de quien ha podido constatar que el tratamiento analítico ha dado esperanzas para aquel que no las tenía; en fin, aquellos que creen que el discurso analítico puede operar sobre la realidad, incidir en ella; puede cambiar el modo de hablar de los síntomas, perturbar el modo en que se los hace consistir; puede localizar la responsabilidad del agente del discurso que produce las formas de nominación asfixiante, sutiles a veces, siempre anónimas, al servicio arrollador del enigma que representa un sujeto. Ennoblecer el enigma al punto de buscar sus pistas solo en la lengua privada de un sujeto, sitúa la ética que orienta la práctica del psicoanálisis; siendo posible ponerla a prueba también en la aplicación de sus principios en el debate de las ideas.
En este trayecto hemos estado acompañados por un Comité Consultivo compuesto por colegas de la Asociación Mundial de Psicoanálisis que, aunque residen en lugares lejanos, la cercanía de su deseo, de su experiencia, de su disposición, se siente en cada contribución, en cada texto que elaboran, en la humildad en la transmisión de sus hallazgos, de su ideas; es decir, se trata de la cercanía de una causa común. Ellos dan cuenta de la aplicación del psicoanálisis a la institución, a las problemáticas infantiles que comprometen varios actores y que requiere ponerse de acuerdo en lo más vital de la práctica: la producción del sujeto ante la intensidad de su padecimiento. Los nombro: Daniel Roy, Jean-Claude Maleval, Philippe Lacadée, Virginio Baio, Jean-Robert Rabanel, Bruno De Halleux, Vilma Coccoz, Chiara Mangiarotti. Algunas de las Instituciones en las que estos psicoanalistas trabajan: Nonnete, Antenne 110, Le Courtil, Fundación Martin Egge.
Nos dimos a la tarea de realizar una semana del autismo -en octubre del 2013. Contamos con la presencia de Vilma Coccoz, quien hace parte del Comité Consultivo; su presencia significó la afinación del movimiento. Fue una conmovedora intervención del psicoanálisis en la ciudad, un verdadero intercambio y un ejemplo de la transmisión del rigor y de los principios éticos del psicoanálisis a la hora de pensar las problemáticas que toman la masa como acción. En esa tarea, el autismo fue extraído de la entidad amorfa en que suelen transformarlo los protocolos de evaluación, y fue tratado en la complejidad de la experiencia subjetiva de alguien.
La Segunda semana del autismo se llevará a cabo del 1 al 8 de agosto próximo. Contaremos en esta oportunidad con Bernard Seynhaeve y Vilma Coccoz. Iniciaremos la jornada de trabajo con la proyección del filme de Mariana Otero A cielo abierto y una posterior conversación sobre el trabajo institucional, tomando la experiencia de Le Courtil, institución belga que B. Seynhaeve dirige. A esto seguirán los talleres con educadores, estudiantes, terapeutas, psiquiatras, padres y familiares de personas con autismo, reunión con representantes de las mesas de trabajo del Ministerio de Protección Social alrededor del tratamiento de las personas con TEA, encuentro con medios de comunicación como la radio y la televisión. El inicio de la semana en esta ocasión coincide con el seminario para la NEL, con participación virtual de sedes de la Escuela, que desarrollará como tema: Lo que la “Práctica entre varios” nos enseña. Secuencia del seminario de la I Semana del autismo cuyo tema fue: Lo que el autista nos enseña.
-¿Cómo se enmarca dentro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis?
-La Formación de los psicoanalistas es un asunto que vincula a la Institución psicoanalítica, a la institución de la transferencia del analizante que es o que fue; Formación y Escuela son una pareja necesaria puesto que, es en la esfera subjetiva en que se dan los efectos de formación, pero es el Otro de la Escuela el que puede valorarlos, acogerlos y enlazarlos al servicio de la causa. Así, lo que llamamos la Acción Lacaniana que es meter las narices allí, justamente donde no nos han llamado, permite razonar el discurso al que servimos, demostrar, cada vez que lo aplicamos, los fundamentos de su práctica, renovar el compromiso con sus principios, flexibilizar, intercambiar, conversar, y eso se hace con quienes no son de la parroquia o no parten de entender lo que decimos; esto me parece a mí, es un claro ejercicio de formación constante del psicoanalista que exige estar al tanto de la “temperatura ambiente”, ser en este sentido un termómetro atento a las condiciones que se van creando como realidades, a las formas idiosincrásicas sobreentendidas, a los saberes de actualidad que comandan el discurso político; en fin, nada diferente al desafío de Lacan de que el psicoanalista debe estar a la altura de la época. Debemos detenernos a pensar que eso puede producir una marca en el campo de la acción, y eso pienso es fundamental para los psicoanalistas orientados por la enseñanza de Lacan. Por ejemplo, me parece que es la idea de Lacan cuando dice que hay algo que permite forzar el autismo de a dos que sería el psicoanálisis, o sea considerar que lalengua es un asunto común, un asunto de hacerse entender. Es el ámbito del psicoanálisis aplicado que no se puede entender sin los resortes del psicoanálisis puro que funciona como embrague de acción. Es el fundamento, la razón de una pragmática hecha experiencia.
Lizbeth Ahumada Yanet. Psicoanalista, reside en la ciudad de Bogotá. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la Nueva Escuela Lacaniana; Presidente de La Antena Infancia y Juventud de Bogotá vinculada a la Universidad Popular Jacques Lacan.